miércoles, 2 de mayo de 2012

El santo se quita la máscara

Mi enfado pueden ser tranquilamente dos enfados. Pueden tranquilamente ser como dos calles o avenidas que corren paralelas. Totalmente diferenciadas y únicas, totalmente razonadas y con suficientes razones para ser únicas y ser de nuevo avenidas, otro día distinto. 
Mi enfado pueden ser dos ríos que van uno al lado de otro, y a pesar de ir corriendo ambos tan cerca, van ambos a lugares distintos. Uno va al mar, el otro quién sabe dónde llega y termina. 

Sí, fui al estadio. Vi el partido que todos vieron. Vi como la “U” domina el encuentro no hasta el final del mismo, no hasta el final de su primera mitad, sino hasta que mete el primer gol del match. 
Un encuentro totalmente sometido por nuestra gente es luego regalado al rival. Entregada en bandeja la iniciativa, es seguro que la iniciativa cedida sea la causa por la que nos ganen el partido. 
¿Equipo joven? Sí ¿Equipo inexperto? Sí. Pero es casi seguro que esa sea la excusa fácil que ya necesita variar un poco. El año pasado tuvimos un equipo totalmente distinto y así también se jugaba. ¿Equipo joven? No. ¿Equipo inexperto? Tampoco. 

Hay una razón por la que nos ganan el partido de ayer. Y es más poderosa que la juventud e inexperiencia del equipo. Es más poderosa que aquella, porque al volver del descanso, no se cambia el libreto. Y es más probada que otras, porque se va repitiendo continuamente en la cabeza del entrenador. 
¿Existe razón por la que no se pueda ganar en provincias? ¿Existe alguna lógica en ello? No, como tampoco existe razón plena y suficiente para regalar el partido de ayer al rival. Mucho antes de la lesión de Toñito, el partido ya se había dado al enemigo. Mucho antes de la lesión de Rainer en el calentamiento, existía la posibilidad (seguridad) desde el banco de la “U” de retroceder las líneas en caso de abrir el marcador. 

La culpa de la derrota de ayer es del técnico de la “U”. Es orden expresa de él, jugar como se jugó ayer luego de nuestro gol. Es eso o no tiene don de mando. Es eso o su gente no le escucha lo que les dice en el entretiempo. Es eso o los partidos en provincia son una terrible casualidad. Es eso entonces. 
Por más razones o disculpas que se puedan llegar a tener a su favor, se hace evidente el decir, que si le entregas el balón al rival, algo malo te puede suceder. Y si el otro es más experto aún que uno, es que estás pidiendo que cosas malas te sucedan. 
Lo que el rival no tuvo hasta antes de nuestro gol, lo tuvo doble después de él. Y eso es obra de nuestro banquillo, no del contrario. 

Mi enfado, pueden ser tranquilamente dos enfados. Ser conjuntos distintos que nunca se intersecan. El transcurrir del partido y cómo acaba el mismo, son dos cosas distintas. 
Las culpas del transcurso del partido, son del entrenador y de sus jugadores. El como acaba el encuentro, es culpa de los nuestros por pisar el palito del enemigo. Digo enemigo y no rival, porque el equipo albo es eso. Enemigo. 
Un enemigo que cree que con la plata lo puede comprar todo. Y lo cree, porque lo hizo así desde un inicio. Compra su categoría entonces para ingresar al fútbol profesional. 
Un enemigo que se esconde en los vestuarios al final del campeonato del 2007, luego de ser derrotado por la “U” y apabullado por nuestra misma tribuna. Aquel que escupe ayer a Ximenes, también escupía su rabia ante cámaras en ese partido del 2007. Aquel que se daba de santo, nunca tuvo nada de santo para los que saben de fútbol. 
¿Acaso no es este el mismo equipo que esconde groseramente los balones en el Callao, en el clausura del 2008, para no seguir jugando el partido? 
¿Acaso no es este el mismo equipo que pierde extrañamente sus partidos de local ese mismo año? Dicen las malas lenguas para evitar que otro (Universitario de Deportes) llegue a estar entre los siete primeros y así pueda aquel mismo disputarle el título nacional. 
¿No es este el mismo equipo que pedía la baja de los equipos deudores y luego pateaba el tablero y se iba? ¿Y luego también volvía? ¿Es esto tener historia? ¿O tener “una historia”? ¿Es esto una mala historia para telenovela? 

La “U” pierde el partido ayer por nuestros propios errores. El rival, el enemigo, ya perdió su partido hace mucho con la historia. Tal vez su “historia”, toda ella, se resuma en el escupitajo que su jugador emblema lanza ayer.
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