lunes, 21 de mayo de 2012

Malo, pésimo y peor

Del Solar ha nacido para hacer cosas increíbles como entrenador. Cosas verdaderamente difíciles de creer. Donde la mayoría de técnicos mejoran su oficio con los años, y aún otros, mejoran con solo algunos meses en el cargo, el técnico de la “U” hace su mejor esfuerzo para ir hacia el lado contrario. Aquel realiza su andar de manera distinta y única. Del Solar va hacia atrás y atrás en ese ir aprendiendo. Lo que ayer hacía mal, hoy lo hace pésimo y peor que nunca. 

Podríamos trazar un paralelo con el oficio de hacer espadas con la mano. El técnico de la “U” hace meses que no puede forjar una sola espada. O las dobla, o las rompe. 
Nadie en su sano juicio lo contrataría como técnico y nadie en su sano juicio lo mantendría en el cargo. Pero primero se le contrata por obra del peor presidente que hemos tenido en la “U” y luego se le mantiene en el cargo a pesar de sus desastrosas campañas. 
Y aquí viene la injusticia del caso, pues Del Solar como técnico vale poco (por no decir nada), pero su indemnización por despido vale demasiado. Del Solar es un billete de Inti con una coraza hecha de un doblón. Para llegar verdaderamente a él y apartarlo, hay que gastar el dinero con que no se cuenta en el Club. 

Por honor, Del Solar debería dar un paso al costado. Pero por “honor”, el argumenta que se queda. El mundo al revés. El mundo en que el técnico de la “U” se ve como el salvador y no como el verdugo que verdaderamente es. 
Y mientras tanto, lo que algunos hace unas fechas avizorábamos, hoy es meridianamente claro para todos. Estamos en rumbo hacia lo desconocido y nuestro técnico solo atina a tomar sol sobre la cubierta del barco que se hunde. Su calma no surge del valiente, sino del sinvergüenza que ya no le importa nada, porque acabado todo, el no se hundirá en vano con la “U”, sino que se hundirá sonriente con las muchas monedas de oro que sus bolsillos ya guardan. 

En Arequipa, Universitario de Deportes juega uno de sus peores partidos del campeonato. Tan frágil en su composición primaria, que a los quince minutos vemos el primer cambio en su andamiaje. 
Este cambio llega después del primer gol contrario. ¿Reacción rápida del técnico ante su propio error? Tal vez; pero no olvidemos que es su propio error en las formaciones, la que nos lleva a perder este partido e ir pésimo en el campeonato. 
La “U” se recupera en lo suficiente para atacarlo múltiples veces a su rival y conseguir el empate faltando muy poco para el fin de la primera mitad. Pero de nuevo la fragilidad en nuestro conjunto es aprovechada por el cuadro de Melgar, que se pone adelante en el marcador justo antes de que acabe el primer tiempo. La “U” ataca muchas veces en la primera parte y consigue un gol, el rival ataca menos y se va con el triunfo. 

La segunda mitad es lo mismo, pero diferente. El que ataca más no mete los goles que necesita, y el equipo rojinegro que ganaba cuidándose, es el que anota de vuelta. 
La quinta derrota consecutiva y la octava del campeonato. No, no se ha acabado el torneo y ya tenemos esa increíble cantidad de derrotas a cuestas. Y es que Del Solar ha nacido para hacer cosas increíbles como técnico. Y en la “U”, es eso mismo lo que intenta hacer con todas las fuerzas (debilidades) que tiene. 

La “U” por segundo año consecutivo ve el peligro que se le cierne, pero no ve el peligro con distinto capitán al mando, sino que lo observa con aquel mismo que lo llevó al desastre el año pasado. 
Es como darle el mando de vuelta al capitán del Titanic, para que nos colisione con un segundo iceberg. Del Solar es especialista en ello. En llevar a pique los barcos que le dan. Lo hizo con la Selección Peruana en las eliminatorias donde fungió de entrenador. No había baja en aquellas clasificatorias y es por eso que no nos encontramos en una Zona Dos Americana, en este presente momento. Solo por eso. 
El debate lamentablemente no se centra en las mejoras que el equipo de la “U” necesita, sino a cuándo renuncia o lo “renuncian” a Del Solar. Y todo por la terquedad y ceguera del “técnico” crema. Él es el único culpable de esta situación. Él nos ha llevado a desviarnos del verdadero objetivo de la “U”, que es luchar por un campeonato o jugarlo con decoro cuando lo primero no es posible. 
Al mantenerse en el cargo, nos ha quitado tiempo suficiente y valioso que se necesita para que el próximo entrenador se adapte al equipo que está llegando. 
La “U” es prisionero de un mediocre. No, disculpen. La “U” es prisionero de un inepto. 
Y lo peor de todo, es que el equipo joven e inexperto de la “U”, al que muchos acusan, no es el conjunto nulo en esta historia; en esta historia, el conjunto nulo es Del Solar. El cero es él. El doble cero también.
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lunes, 14 de mayo de 2012

El paso al costado

A algunos se les pide mantenerse, no cejar nunca. Y a otros se les pide la renuncia. A algunos se les pide resistir como la roca que enfrenta al océano en borrasca y a otros se les pide dar el paso al costado sin ninguna demora. Ambas acciones tan distintas en un principio, buscan preservar un bien más grande y preciado. Buscan sacrificar el momento para ganar finalmente el todo. 
Ambos actos cuando son originados por razones correctas son igual de valiosos e importantes. Los años dan la verdadera medida y valía del ser que quiso y renunció queriendo. Con aquel otro al que se le exige quedarse y consumirse con lo que queda de su existencia. 

 ¿Quiénes han renunciado? Han abdicado Reyes, Emperadores y Papas. Renuncian aquellos hombres cuya grandeza probada, no puede ser más grande que las sombras y dudas que los cubren. 
Renuncia Sila cuando gozaba de su mayor grandeza, aquejado tal vez por los primeros síntomas de su enfermedad. 
Se retira San Martín luego de la Conferencia de Guayaquil y abdica Carlos V en favor tanto de su hijo, como de su hermano. Napoleón Bonaparte, en circunstancias distintas, realiza el acto dos veces, tal vez intentando preservar parte de su herencia. Más pronto alguno y más tarde que en seguida otros, lo que los une por igual es la renuncia. 
Renuncia Guardiola cuando su legado clamaba por lo contrario y casi todos (por no decir todos) pedían que se quedara. 
Se va Bielsa de Chile no por relaciones tirantes con los jugadores o víctima de un fracaso, sino por las diferencias insalvables que se avecinan ante la nueva dirigencia electa. 
Dimite Michels del Barcelona las dos veces que ocupa el cargo, nunca aferrándose al amor de una dirigencia que en el amor se sabe tan cambiante. 
Todos ellos grandes como son, dan un paso al costado, no por cobardía, sino por grandeza. Todos ellos renuncian siguiendo el dictado subrayado de su conciencia. ¿Se repetirá eso en Ate? 

Nos hemos salteado una estación. Pues los días de Mayo son verano y sus noches comienzan a ser invierno. Y comienzan a ser invierno también, porque los resultados no llegan. Ni siquiera se sustentan en algo que sea siquiera mejora o siquiera trabajo. 
Mientras nosotros contamos con un entrenador con más de un año y medio en el cargo, al frente de nosotros existe un cuadro que presenta esta noche, nuevo técnico. Las diferencias de aquel contraste, se van notando de a pocos, a lo largo de la noche. Pero esas diferencias no nos permiten irnos triunfadores, sino todo lo contrario. 
Nosotros somos el cuadro que no parece entender el discurso del técnico, y somos nosotros el equipo que se desordena después de los primeros veinte minutos, también somos nosotros quienes recién parecemos conocer a nuestro nuevo entrenador o tal vez recién desconocemos al viejo técnico. 
En conclusión, nosotros somos el cuadro que debuta en primera con nueva guía. ¿No es así acaso? Pues eso es lo que parece. Y eso es a lo que jugamos. 

El equipo de la “U” comienza el partido con los bríos del local y es en una jugada mezcla de técnica y de suerte, la que nos pone adelante. 
Luego ocurre lo que siempre viene sucediendo en el campeonato; ya sea reacción natural producto de la inexperiencia u orden del banco, Universitario empieza a retroceder y a ceder la iniciativa al contrario. Una y otra vez, llegan los ataques del rival, hasta que uno solo de esos avances logra el empate en el marcador. 
Y es entonces, luego de este empate, que el equipo de la “U” vuelve a la carga y vuelve a mostrarse muy dominador de su contrario. ¿Qué es esto entonces? ¿Dónde se fue la inexperiencia? ¿No podemos defender un triunfo, pero si podemos ir a la carga para romper el empate? ¿A los jugadores de la “U” se les ocurre esto? ¿O todo ello viene del técnico? 

Son demasiadas las preguntas cuando son muchos los cuestionamientos. Pero hay algo muy real, el partido aunque termina igual en la primera mitad, se termina de perder allí. Nunca más, durante el resto del partido tenemos una iniciativa clara y que nos permita ponernos delante en el marcador. 
El contrario en la segunda mitad nos espera en su cancha y desde el inicio de aquella nos muestra lo que va a hacer. Pero, ¿hay reacción de nuestra banca ante la evidencia? No, uno y otro contragolpe tocan a nuestra puerta y el técnico no hace nada. Se ve venir desde lejos lo que finalmente llega y nuestro entrenador derrumbado, mucho antes que el equipo, no hace nada de significancia más que seguir tumbado. Y llega el tercero de contragolpe. Y es como si nada, en nuestro lado. 

 Entre los jugadores se canta menos y menos a la salida de los vestuarios y se ven más y más los reproches entre uno y otro en el campo. La alegría de debutar en Universitario de Deportes se ha perdido, y la garra ya no se usa como antes. Alguien se olvidó de romper el vidrio y utilizarla siquiera en caso de emergencia. Y es que olvidan muchas lecciones y enseñanzas aprendidas en el vestuario, pero no solo en el actual vestuario, sino en los de anteriores décadas. Alguien se olvida por ejemplo, de lo que fue como jugador. 
Al Del Solar entrenador le daría lo mismo tener un Chemo jugador en su equipo. Tal vez de lo nublado que está, ni lo tomaría en cuenta. Y lo más importante de todo, el Chemo jugador no se quedaría callado ante el remedo de técnico que es el Del Solar entrenador. Por eso y a pesar de todo lo que ha ocurrido, le pedimos al primero y no al segundo, que dé la cara luego de los partidos. Y al menos sea él, el que se ponga el equipo al hombro. Alguien alguna vez preguntó la diferencia entre un Chemo jugador y un Del Solar técnico. Y la respuesta fue el silencio. Porque era tan obvia la respuesta que no necesitaba ser contestada. Porque era tan grande aquella diferencia, como acostarse un día siendo “Chemo” y levantarte siendo Del Solar. 

 Tal vez la redención que necesitaba Del Solar nunca tuvo que ver con salir campeón, sino con la de renunciar con decoro. Sino el de renunciar por honor. Porque cuando se quiere a algo como se quiere a la “U”, importa poco el interés personal. 
Del Solar tiene una segunda oportunidad para demostrar su amor y esta vez no fallar en hacerlo. Tenemos seguridad que Chemo jugador no dudaría en dar un paso al costado, pero dudamos que Del Solar técnico actúe de la misma forma y consecuencia. 
Universitario de Deportes, necesita a su gente entonces, porque lo que se viene y lo que resta, va a ser la mayor prueba como hinchada desde nuestros inicios. A pesar de que el técnico no se decante por su necesaria renuncia, no abandonemos nosotros nunca. A pesar de que el técnico se decida por ser cada vez más Del Solar y cada vez menos Chemo, no dejemos nunca nosotros de ser menos hinchas. 
La “U” no necesita que la engañen o traicionen, sino que la amen a tiempo completo. La “U” necesita nuestro amor, darle menos sería engañarla y finalmente engañarnos.
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miércoles, 2 de mayo de 2012

El santo se quita la máscara

Mi enfado pueden ser tranquilamente dos enfados. Pueden tranquilamente ser como dos calles o avenidas que corren paralelas. Totalmente diferenciadas y únicas, totalmente razonadas y con suficientes razones para ser únicas y ser de nuevo avenidas, otro día distinto. 
Mi enfado pueden ser dos ríos que van uno al lado de otro, y a pesar de ir corriendo ambos tan cerca, van ambos a lugares distintos. Uno va al mar, el otro quién sabe dónde llega y termina. 

Sí, fui al estadio. Vi el partido que todos vieron. Vi como la “U” domina el encuentro no hasta el final del mismo, no hasta el final de su primera mitad, sino hasta que mete el primer gol del match. 
Un encuentro totalmente sometido por nuestra gente es luego regalado al rival. Entregada en bandeja la iniciativa, es seguro que la iniciativa cedida sea la causa por la que nos ganen el partido. 
¿Equipo joven? Sí ¿Equipo inexperto? Sí. Pero es casi seguro que esa sea la excusa fácil que ya necesita variar un poco. El año pasado tuvimos un equipo totalmente distinto y así también se jugaba. ¿Equipo joven? No. ¿Equipo inexperto? Tampoco. 

Hay una razón por la que nos ganan el partido de ayer. Y es más poderosa que la juventud e inexperiencia del equipo. Es más poderosa que aquella, porque al volver del descanso, no se cambia el libreto. Y es más probada que otras, porque se va repitiendo continuamente en la cabeza del entrenador. 
¿Existe razón por la que no se pueda ganar en provincias? ¿Existe alguna lógica en ello? No, como tampoco existe razón plena y suficiente para regalar el partido de ayer al rival. Mucho antes de la lesión de Toñito, el partido ya se había dado al enemigo. Mucho antes de la lesión de Rainer en el calentamiento, existía la posibilidad (seguridad) desde el banco de la “U” de retroceder las líneas en caso de abrir el marcador. 

La culpa de la derrota de ayer es del técnico de la “U”. Es orden expresa de él, jugar como se jugó ayer luego de nuestro gol. Es eso o no tiene don de mando. Es eso o su gente no le escucha lo que les dice en el entretiempo. Es eso o los partidos en provincia son una terrible casualidad. Es eso entonces. 
Por más razones o disculpas que se puedan llegar a tener a su favor, se hace evidente el decir, que si le entregas el balón al rival, algo malo te puede suceder. Y si el otro es más experto aún que uno, es que estás pidiendo que cosas malas te sucedan. 
Lo que el rival no tuvo hasta antes de nuestro gol, lo tuvo doble después de él. Y eso es obra de nuestro banquillo, no del contrario. 

Mi enfado, pueden ser tranquilamente dos enfados. Ser conjuntos distintos que nunca se intersecan. El transcurrir del partido y cómo acaba el mismo, son dos cosas distintas. 
Las culpas del transcurso del partido, son del entrenador y de sus jugadores. El como acaba el encuentro, es culpa de los nuestros por pisar el palito del enemigo. Digo enemigo y no rival, porque el equipo albo es eso. Enemigo. 
Un enemigo que cree que con la plata lo puede comprar todo. Y lo cree, porque lo hizo así desde un inicio. Compra su categoría entonces para ingresar al fútbol profesional. 
Un enemigo que se esconde en los vestuarios al final del campeonato del 2007, luego de ser derrotado por la “U” y apabullado por nuestra misma tribuna. Aquel que escupe ayer a Ximenes, también escupía su rabia ante cámaras en ese partido del 2007. Aquel que se daba de santo, nunca tuvo nada de santo para los que saben de fútbol. 
¿Acaso no es este el mismo equipo que esconde groseramente los balones en el Callao, en el clausura del 2008, para no seguir jugando el partido? 
¿Acaso no es este el mismo equipo que pierde extrañamente sus partidos de local ese mismo año? Dicen las malas lenguas para evitar que otro (Universitario de Deportes) llegue a estar entre los siete primeros y así pueda aquel mismo disputarle el título nacional. 
¿No es este el mismo equipo que pedía la baja de los equipos deudores y luego pateaba el tablero y se iba? ¿Y luego también volvía? ¿Es esto tener historia? ¿O tener “una historia”? ¿Es esto una mala historia para telenovela? 

La “U” pierde el partido ayer por nuestros propios errores. El rival, el enemigo, ya perdió su partido hace mucho con la historia. Tal vez su “historia”, toda ella, se resuma en el escupitajo que su jugador emblema lanza ayer.
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