lunes, 4 de julio de 2011

Goleada al Aurich (22 de Octubre del 2008)

Desbordar el pequeño vaso porque se sirve con violencia, desbordarlo porque el líquido con que se cuenta es demasiado ante la comparación que se le presenta al frente.
No es frecuente mojar la mesa y luego el piso cuando se trata sólo de llenar el vaso, de llenar el sólo vaso.
No es frecuente tal dispersión de números, ante la pequeña concentración de esa sola copa que se nos presenta.

¿Habremos sido descuidados o previsores?...descuidados por derramar el precioso líquido ante tan poco rival; descuidados por no saber controlarnos y gastarnos en llenar el recipiente que no podrá ser bebido por aquel rival que carece de sed.
¿Seremos previsores?, porque ninguna noche ha dejado de ser traidora hasta hoy, ninguna noche ha olvidado su oscuridad a pesar de las luces y los flashes que enmarcan los cuatro goles.
¿Seremos previsores?, porque en la medida de uno, llenamos las redes para no ser molestados por la suerte adversa.

Universitario se hace del primer gol a los seis minutos, casi al inicio del partido, casi antes de comenzar el match. “U” no necesita encontrarse bien parado en el terreno, pues el rival espera descuidadamente en el suelo; Universitario no se despeina para marcar los cuatro goles, Aurich no se despeina para impedírselo. Aquí no hay ciclón, aquí nadie se despeina siquiera.
Es así que Universitario se sirve de los errores que hacen el rojo, se sirve de los errores que hacen el presente Aurich. No hay más ciclón, ni siquiera para dar una vuelta al molino. No hay más ciclón que empuje la tierra junto a la semilla. Universitario cava cuatro tumbas para un solo muerto esta noche, le da para escoger cuatro veces su mismo destino.
Universitario se da el lujo esta noche de hacerle trampa a la aritmética más básica, de mandar al frente a un nueve que no es nueve, y que esa mentira tan primitiva pueda marcar dos goles que son tan reales, tan palpables, como que debajo de esta tierra que se pisa, hay una tumba que espera.

Cada cierto tiempo se encuentran en los desiertos de Lambayeque, tumbas nuevas que son viejas, tumbas viejas que fueron nuevas. En la historia de la muerte en el Perú antiguo, hay una tumba cavada desde tiempo inmemorial para este Aurich que parece de otra categoría, hay una tumba sin oro, sin joyas, sin séquito que espera con la misma terquedad de otras para ser llenada, de eso no hay duda; el dilema consiste desde este momento en quien será el que le de la palada final para que se reúna con la arena que hostil con los vivos, no lo es con los muertos.

Faltan pocos días para el partido contra Sport Ancash en Huaraz, días para reponer la fuerza que se uso, el líquido que se derramó; esperemos que el desgaste sufrido en golear a un rival acabado, no se vuelva en nuestra contra, no se convierta en resta o merma este fin de semana.


Safe Creative #1107049604332

No hay comentarios:

Publicar un comentario