jueves, 10 de marzo de 2011

Jugando a la redundancia

La “U” no es lo más importante, no. No es sino, lo único importante en el fútbol. Lo único.
Cuando los ataúdes preparados para el técnico son tantos, debemos inferir que lo que sobra son malas voluntades y lo que falta son muertos. Y los periodistas los han de hallar tibios aún; caminando, trabajando y jugando. Poco ha de importar que sean inocentes y sobre todo, de que estén vivos, poco.
Un muerto en el fútbol es un muerto desde el primer instante. Del Solar era malo como técnico y malísimo para conformar grupos. Eso ya se sabía. Pero el presidente de la “U” lo quiso en la institución y lo sentó como técnico antes de él mismo ser presidente. El culpable mayor es Pacheco, que como Rey Midas pensaba que todo lo que tocaba lo convertiría en oro. Bueno, Del Solar no es de oro y nunca lo será. Y tampoco es crema, pues nunca lo fue. Aquel es sólo un globo al que se le acabó el aire porque aspiraba demasiado para sí y no soplaba lo suficiente para los demás. Siempre pensando en sí mismo, destruyó un grupo y dividió la capitanía de la “U” entre varios, como si eso fuera simple de dividir.
En lugar de terminar sus frases con un ¡joder!, debería comenzar el día con un ¡las cagué!, ese es el primer paso para la recuperación.

Al final, el técnico se terminará de ir. Tarde o temprano, con campaña buena, mala o mediocre, la cabeza del culpable que se ha de sortear, es la de Del Solar. Lo que importa entonces, es que consiga hacer lo máximo necesario hasta su partida.
El error de traerlo ya se cometió, ahora lo que se necesita saber es si se ha de tachar el error, borrar la falla o arrancar la hoja para comenzar de nuevo. Sólo eso.
La “U” una vez más está en manos de sus dirigentes. Esperamos que la decisión traiga los beneficios que nos permitan pelear un campeonato, que aún con juveniles no se debe dejar de conquistar.
Los jugadores muchas veces son aves de paso y no son los que hacen candidato a una institución, lo que convierte a un club en protagonista, es su propia historia. Y no existe historia más rica que la de Universitario de Deportes. Los jales y la inversión preocupan por la mala decisión hecha por los dirigentes y el presidente. Para ellos, aquella será su cruz y condena.
A los hinchas de la “U” lo que nos debe interesar es como juega el equipo, no importándonos quien conforma ese plantel, si es que aquel que lo refuerza sabe respetar la historia que otros se encargaron de escribir.

La historia, a diferencia de los puestos y cargos en un club de fútbol, no se puede tachar, borrar o arrancar de cuajo.
Universitario de Deportes es demasiado importante para dejar en manos de unos cuantos jugadores el ser candidato o no. La “U” lucha hasta el final y su bandera nunca ha tocado la línea de agua de los barcos hundidos. Si un técnico debe dejar el barco, lo ha de dejar. Tarde o temprano. Pero la “U” no se hunde, ni se hundirá con aquel.
Depende de todos nosotros ir a galeras y remar por la institución entonces. Depende de nosotros recibir al Huancayo y demostrarles que tan vivos estamos. Ya que depende de los hinchas y no de los jugadores el decir: que la “U” no da cuartel, ni lo pide, y que la garra por ende, no se rinde nunca.


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