domingo, 20 de febrero de 2011

AHUNET VIII - El Viejo Teorema Crema

Contra todo y contra todos

Parecen ser las mismas caras que tan bien conocemos, las mismas personas que estuvieron el partido anterior. Parecieran reproducir los mismos gestos, saber los mismos cantos y ocupar la misma grada que escogieron como lugar de residencia hace mil años.
Sí, parecieran  ser los mismos del domingo o los que vieron nuestra vuelta en matute, pero no lo son (al menos no la mayoría) y no necesitan serlo, pues todos ellos comparecen con el mismo amor a su camiseta, con el mismo fervor a coger la posta y a reemplazar a sus hermanos que no han podido venir hoy.
La casa ha sido tomada por más de 10000 hinchas que parecieran haberse reunido antes y durante mucho tiempo para ensayar el abrazo en los goles, porque tanto calor no puede ser así de calibrado, no puede ser así de perfecto.

En la cancha, el equipo crema parece contar con las mismas caras que tan bien conocemos, con las mismas personas que estuvieron el partido anterior y también con los mismos enemigos de siempre.
En la cancha del Monumental avanza un equipo crema que juega contra todos y que marca tres goles, pero que a su vez se deja marcar un tanto en contra por el árbitro.
Es así, el gol no lo marca Aurich, lo anota el de negro, al menos tras las sombras. En un mundo más perfecto se le habría exigido al mismo referí patear su propio penal, patear su propio ridículo. En un mundo perfecto, el penal lo habría pateado Henry Gambetta  y lo habría fallado.
El equipo crema marca tres goles y a su vez genera suficiente cantidad de oportunidades para ilusionar a sus hinchas con mejores partidos. El equipo crema marca 3 tantos y aumenta por 3 el tiraje de los jueves en los diarios que lo atacan…celebren señores periodistas, este año cerrarán en azul y tendrán navidad gracias a Universitario de Deportes, pónganse de pie señores de los diarios y aplaudan porque la “U” sin que ustedes lo merezcan les ha de salvar el año (esto claro, sin sorna).

El equipo de la “U” marca tres goles y pareciera como si los 3 jugadores se hubieran reunido mucho antes para idearlos, ¿quién sabe?, tal vez en la concentración se juntaron para medir distancias, ángulos y trazar trayectorias.
Los dos Torres y Neyra parecieran haber estado calculando los detalles para que todo saliera calibrado, exacto; quiero pensar que estuvieron todo un día ideando 3 versiones de un mismo gol, ideando como terminar una obra de la manera más parecida…quiero pensar (y soñar) de que estaban ideando la manera de hacer a la gente un poco más feliz con sus disparos.
Como nuestros antepasados de las grandes culturas, estos tres parecieran haberse aglutinado para hacer algo grande y planificado; para terminar con el balón siempre a la derecha de Martinuzzi, así de manera simple o así en automático; para terminar siempre allí abajo, junto al palo.
Como asemejando una línea de Nazca en pleno Ate, ellos idearon la trayectoria del balón para que se fuera a clavar en tres oportunidades al mismo lugar.
Como el último punto tejido por un maestro Paracas, ellos soltaron la madeja para que el balón fuera a cocerse con la red de abajo.
Como la última piedra de un cantero Inca, ellos forjaron para que el balón construyera un mismo muro, un mismo muro que se muestra más sólido que nunca.
El edificio crema va a Huaraz este domingo con la responsabilidad de seguir demostrando lo que ya es capaz de hacer.
La “U” hasta ayer tenía muchos axiomas, hoy al dar un paso más al frente, los ha unido.
Este equipo crema se ha empezado a apoyar en ellos y aunque faltan diez fechas, parece señores que ya empezamos a tener teorema, el teorema crema.



Epílogo:

Pareciera ser el mismo cemento de siempre, aquel que muchos injustamente tildan de frío; cremas, ya se habrán dado cuenta de tal falacia. Señores, este cemento nos ha de extrañar cuando nos hayamos ido. Cada grada, escalón, reja y asiento se ha de sentir en profunda soledad cuando ya estemos lejos. Hinchas de la “U”, vean este campo de batalla, este hogar de guerras; obsérvenlo, porque es suyo; quiéranlo, porque aquí hemos pasado y habremos de pasar muchos de nuestros días.
Hermanos, vean este estadio generoso y nuestro. Generoso, porque permite cada fin de semana, que lo llenemos de color, ya sea de día o de noche. Para él, no es suficiente la luz, porque él mismo la proporciona. Para él, lo importante es el color y eso sólo se lo da su gente: sí, tu que ahora me lees.
Hermanos, vean como este estadio generoso permite que le cambiemos de muda de ropa cada partido. Aquel gris con que se contagia  de las madrugadas de Lima y que gozoso cambia por la vida del hincha crema que ingresa a traerle la fiesta.
Sí, este cemento nos ha de extrañar luego del 3-1 de hoy y esperará impaciente nuestra vuelta. Hasta nuestro regreso querido estadio, y hasta la próxima fecha mi querida crema.


Y DALE “U”


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