Y un sábado tú llegaste. Llegaste con el atuendo de siempre; llegaste sin muda de ropa, sin haber hecho o deshecho las maletas, como si nunca te hubieras ido. Llegaste sin equipaje para cargar, con las manos libres, listas para ser saludadas.
Y un sábado tú llegaste. Llegaste como un respiro al campo de batalla; como la caballería que sabe su oficio desde el inicio de la película. Sirviendo para arar la tierra en el día, sirviendo para hacer la guerra en la noche. Llegando para remover lo que había sido estropeado por el paso de la selección. Llegando para plantar la semilla en un sábado y para vencer el enemigo un miércoles.
Y un sábado tú llegaste. Llegaste para abrir la trocha que andaba escondida en uno de esos viejos mapas. Llegaste para limpiar la maleza y las hojas amarillas de los titulares; para que termine el otoño y empiece el invierno de los que creen odiarnos, ¡qué sufran!...ellos terminarán escribiendo sobre tus triunfos para poder vender sus diarios.
Y un sábado tú llegaste temprano, en la hora de un preliminar, siendo tú el eje, el fondo del asunto, Llegaste porque deseabas continuar lo que otros quisieron cortar, lo que otros quisieron dejar un mes para enfriar, pero este guiso ya no se enfría más. Este guiso está listo para ser servido, está listo para que se le unan otras sillas a la mesa.
En Ate suelen pasar cosas que no suceden en otros lados, se suele jugar al fútbol temprano, muy temprano. Muy temprano para un sábado, muy temprano para ser puntero, muy temprano para que se prendan las luces del estadio, esas luces que suelen fallar de noche y que de día, aunque equivocadas, no fallaron.
En Ate suelen pasar cosas que no suceden en otros lados, allí se suele reunir la mejor hinchada, se suele cantar bajo cualquier circunstancia, se hace costumbre caminar y caminar para llegar hasta la tribuna, se hizo costumbre caminar y caminar para coger el micro de regreso.
En Ate se suele valorar el hierro más que el oro, con el hierro haces un equipo de fútbol que va camino al campeonato; con el oro de baja ley, sólo te alcanza para vender un jugador a Holanda. Con el hierro respetas una misma identidad a lo largo de los años; con el oro vendes tu identidad ante los caprichos del mejor postor o del momento.
Es sábado en Ate, sábado a la 1 y 15, sábado con un dos a cero muy temprano. El dos a cero de un comienzo, es el dos a cero que quiero siempre, la diferencia de dos en que siempre creo y creeré. Aquella en la que la “U” ataca al rival sin piedad de ningún tipo, aquella en la que no se le perdona nada a ningún sub-20 contrario. Aquella “U” haciéndose local en el mismo corazón y en los mismos órganos del adversario.
El dos a cero parecía el despertar de la máquina crema, pero sólo fue un arranque para probar el motor, un arranque para testear las piezas, un arranque parecido al generador del Monumental que estaba siendo trabajado a la misma hora del partido.
Luego de ese inicio, el equipo de la “U” decae y se deja robar las llaves de la casa por un rival temeroso de cruzar el umbral, un gol en contra que pudieron ser dos, pero gracias al rival de turno nunca el uno estuvo tan lejano del dos por merecimiento, un gol que fue demasiado premio para un Alianza Atlético excesivamente cauto y mediocre para tentar un empate de verdad, un Alianza Atlético muy poco atlético y demasiado alianza para merecer mejor destino.
El 2-1 final es una señal de alerta para nosotros, alerta para entender que al rival mínimo no basta con avasallarlo durante veinte minutos, hay que mantenerlo sin respiro por noventa o aún más, mantenerlo asfixiado hasta que salga del estadio o de la ciudad. Sólo así debemos ganar, combinando el descubrimiento del fuego con la utilización del mismo. Tenemos las armas, no las desaprovechemos. Tenemos las armas y este miércoles espera un nuevo rival. Un rival que subió el precio de las entradas para llenarse de plata, de oro. Pero poco importa eso, porque la identidad de nuestro club está forjada sobre hierro y la voluntad de hierro es la que nos va a hacer ganar siempre sobre su oro y su dinero. Todos juntos una vez más, todos juntos para que este miércoles sea uno de triunfo y sea así siempre. Y DALE “U”
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